EL CORPUS

Se trata de una fiesta religiosa que desde siempre se ha celebrado en la localidad de Biel, y en la actualidad, se mantiene esta tradición

La solemnidad del Corpus Christi, “El Corpus”, en Biel es una fiesta religiosa que desde siempre se ha celebrado, y se sigue celebrando, con gran solemnidad; aunque, desde el pasado siglo hasta nuestros días, la asistencia ha disminuido de forma palpable, especialmente por la acusada disminución de su población.

Se celebra con Misa cantada y procesión al finalizar la Misa, con el sacerdote "bajo palio”, según podemos ver en la histórica foto que mostramos.

La procesión hacía el recorrido “largo”: se salía por la puerta baja de la iglesia, calle de la Peña, calle del Jesús, calle Mayor B (calle Baja), calle 1ª de Perones, travesía de Perones, calle de S. Juan (calle de la Villa), plaza Alta, calle de El Burgo, plaza del Campotoro, la Reja, calle de Tomasico (calle La Cárcel), plaza Baja, calle de la Caudevilla, plaza de la Caudevilla, cuesta de Antón, El Jardín y finalizaba en la Iglesia.

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A lo largo del recorrido, los vecinos cercanos a su ubicación, preparan cinco altares: calle Mayor B (calle Baja), ante la antigua escuela de párvulos;  plaza Alta, junto a casa Lanzarote; calle El Burgo, ante casa  “Colasíllo"; plaza del Campotoro, ante casa  del Galán (por detrás); plaza Baja, ante casa Moño; y en la Caudevilla, ante casa Machín; en ellos se colocaba la custodia mientras se cantaba el Tantum Ergo.

Al final, cuando el sacerdote daba la bendición, los niños que ese año habían recibido la primera comunión, y acompañaban a la procesión, lanzaban pétalos de flores que portaban en unas canastillas. El resto de los niños, hasta el año 40, durante la procesión tocaban unos "chifles" o silbatos, hasta que Don José Dona, sacerdote y maestro (dio clases y dejó un muy grato recuerdo en los que tuvieron la suerte de ser sus discípulos), se dio cuenta de que el toque de “chifles” era una juerga para los niños, por lo que lo prohibió con un “fuera pitos”.

Antiguamente, acompañaban en la procesión al Santísimo, los siguientes santos: San Martín, San Babil, San Sebastián, San José, San Antonio, Santa Ana, Santa Bárbara y la Virgen de Lourdes con Santa Bernardita; pero, en los años cuarenta del pasado siglo, se consideró que en esta solemnidad la custodia con el Santísimo tenía que presidir sola, sin la compañía de santos; por lo que desde entonces se hace así.

Los mayores del lugar recuerdan que, cuando eran niños, las peanas de los santos más venerados, para la procesión se adornaban con roscos, dulces hechos en el horno, flores y cerezas.

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